Perdonar es divino

A lo largo de las miles de palabras que se extienden por mi vida, he transmitido miles de sentimientos que me han formado. Agradezco incansablemente a quienes me apoyan día a día, y a los tantísimos saludos y a tanto amor regalado. Nunca me alcanzará la vida para agradecer tanto cariño.
A veces camino mucho, me despejo y pienso, y no hay día en que alguien no me toque la pancita y me dé su mejor sonrisa, algún extraño, en la calle, en el super, en donde sea. Es un gran apoyo para mi que me permite olvidar los momentos tristes y sostenerme ante tantos agravios que degradan mi ente abstracto.
Recibo más de lo que espero y de lo que merezco, y es lo que me hace tan feliz.
Cuando comenzé a escribir nuevamente y me liberé de el fenómeno televisivo en el que obligatoriamente debía estar a causa de mi primer libro, sentí que era necesario alejarme por un tiempo, me mantuve al margen porque sabía muy bien todas las mentiras que se levantaron tal cual imperio romano alrrededor de mi familia y de mi, lo hice por gratitud hacia mis amigos, fans y seguidores y fundamentalmente hacia la verdad; una verdad que yo conocí al recuperarme de mi enfermedad, la verdad de Dios.
No me importa las maldiciones, los insultos, las mentiras y la sed de odio que tienen algunas personas de mi pasado, me molestan algo, si es cierto pero yo digo: ¿puedo juzgar a un enfermo?
No, evidentemente no puedo. Confio en Dios y en mi familia que es lo único que realmente me importa en este mundo. Además creo que la realidad es la feaciente prueba de que las cosas van muy bien, y quienes intentan difamarme en base a vulgares cuentos fantasiosos no son más que hormiguitas negras con ganas de fama, una fama inconclusa, jamás obtenida, personas que tienen una vida construida en base a mentiras, una mierda en otras palabras.
Pero hoy no hay lugar para ustedes, no hay lugar para nadie más que para este ser que vive en mi, estoy fuerte y maravillada ante tanto milagro de la naturaleza, no hago más que agradecer cada minuto de todos mis días en los que espero pacientemente a mi hija.
Recibí millones de mails felicitando y preguntando acerca de mi ausencia en la página oficial y demás, lamentablemente el día tiene solo 24 horas y aprovecho cada una con un placer inconmensurable que solo una madre comprendería, aunque todavia no lo sea completamente.
No me interesa ningún otro ser que no sea el que vive conmigo, ya lo he dicho, necesito de ella para probar que el amor puede materializarse en bebé.
Hay un antes y un después del milagro de la creación divina, la piel ya no huele igual, y tus pensamientos se inclinan hacia la parte más sentimental que tenías encerrada bajo siete llaves, gracias a ella me reencontré con una feminidad suprema que creía inexistente en las hembras de mi especie, descubrí el amor verdadero, al príncipe de todos los colores del arcoiris, a mi futuro hecho realidad, lo que siempre soñé, lo que jamás imaginé...
Me miro nuevamente, siento, pienso, escribo. Me toco y se mueve, es real, es la vida que me dice: PUEDES SER TU PLENAMENTE. Y me respondo casi por instinto: tiene razón de hecho, lo soy.